PLANTEAN REDUCIR SOBREPOBLACIÓN EN CÁRCELES DEL DF
17 de Abril de 2013
Con la finalidad de establecer mecanismos y herramientas para los operadores del sistema penal en el Distrito Federal y disminuir la sobrepoblación en las cárceles de la Ciudad de México, el diputado del Partido de la Revolución Democrática, Alberto Martínez Urincho, presentó una iniciativa en la que se reforman y adicionan las fracciones I y II del artículo 229 del código penal del Distrito Federal.
Ante el Pleno de la ALDF, planteó flexibilizar las medidas sancionatorias a primodelincuentes o a quienes cometen delitos que no son de impacto público, de tal forma que se les impongan medidas alternativas a la privación de la libertad.
Martínez Urincho resaltó que la propuesta no se traducen de ninguna manera en políticas orientadas a la impunidad, sino por el contrario, se busca modificar las sanciones y los mecanismos adecuados para despresurizar el sistema penitenciario.
Recordó que los derechos de las personas, salvo aquellos que explícitamente restringidos por la propia Constitución, no se suspenden al ingresar a una cárcel, por ello el Estado se encuentra obligado a garantizar los derechos fundamentales de toda persona en prisión, algunos de ellos, comer, trabajar, estudiar y tener condiciones de vida dignas.
El perredista comentó que de acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, a lo largo de la década se observa un incremento considerable de la disponibilidad de los sitios para las personas privadas de la libertad en los centros penitenciarios, es decir que en el sexenio pasado se construyeron o acondicionaron cerca de 5 mil 732 espacios.
En lo que se refiere al ámbito federal en el año 2000 se reportó una población de 41 mil 647 internos, mientras que para el año 2011 la población era de 45 mil 551 reos. Sobre las personas privadas de la libertad de fuero común en el 2000, se reportaban 113 mil 118 internos y para septiembre de 2011 había 178 mil 695 internos.
Agregó que según una investigación realizada por Marcelo Bergman y Elena Azaola, en el sistema penitenciario se evidencia que la sobrepoblación, la deficiente inversión de recursos del Estado y la criminalización de la pobreza, contribuyen a que se reproduzca un sistema violento, donde grupos exclusivos determinan la dinámica interna de las prisiones y ejercen poder sobre los mas pobres, mediante una normativa paralela a la oficial.
Además dijo que en este sistema, las mujeres, que generalmente son un porcentaje reducido de la población carcelaria, son las más afectadas, bajo el argumento de que son pocas y no se priorizan espacios específicos, ni condiciones que les permitan rehabilitarse, de tal forma que las mujeres al interior del sistema penitenciario son doblemente invisibles y vulnerables.
